LAS BRASAS
Restaurante Grill situado en el municipio de Firgas, concretamente en la Avenida de la Cruz. Dedicado durante años a la carne al grill. Sinceramente, el local está bien ambientado, de decoración rústica y bastante amplio. No obstante y los más importante de un restaurante es la atención prestada y esté local carece de ello.
La atención al entrar al local es de mercado, personas amontonadas en una cuesta a la espera de que se les llame por un número escrito en un cartón. Cuando al fin te proporcionan una mesa, te la dan sucia, desordenada y en mal estado. Viene un empleado te pone un mantel de papel, la mayoría grasientos y te abandonan unos 7 minutos más.
De repente aparece alguien con un pan que duro que es un piropo, calentado por fuera o digamos quemado, para cambiar apariencia y un cuenco con grasa, ajo y perejil. Sin preguntarte si realmente la quieres, pides que por favor retiren la ondilla y que traigan un pan normal, primera impresión no hay. Viene el camarero a tomar nota. No hay mucho donde elegir y lo que ofrecen parece más de juguetes que auténticos platos. Un simple pollo que de pollo poco, porque además de extremadamente pequeños parece que le faltase carne al mismo. Te intentan vender chorizos y morcillas de primera calidad y frescos en su página web y publicidad.
Preguntan que ingredientes pueden tener y son incapaces de afirmarte nada, si aciertas son congelados y si ves la "zona" en donde son cocinados... "Se dice que uno no debe presumir de lo que no tiene", gran defecto del Restaurante Grill Las Brasas. Llega la comida, pollo crudo, chuletas insípidas, chorizos de procedencia desconocida. A la hora del postre, mala ocurrencia se me ocurre pedir, fresas con nata. Había que realizar un concurso entre ellas, para ver cual de todas era la menos ácida, amontonadas debajo de nata poco casera.
Dejando la mitad de la comida en el plato pides la cuenta, vuelven a tardar como quince minutos, porque como ya se ocupado la mesa y ya se realizo la comida, pues ya dejas de ser primordial para el servicio tu deber es pagar, y tienes que levantarte si quieres hacerlo porque de lo contrario, te quedas en la mesa minutos y minutos. Sorpresa !! te han cobrado el pan y la mantequilla que no pedisteis que te la sirvieran y si que la retiraran, comentario que molesta por gestos expresados por el servicio. Una vez que el camarero recoge el dinero en la mesa y te trae el cambio, grita de manera mercadillo que se ha quedado una mesa libre, de manera que "obligan" a levantarte para que venga alguien y haga el mismo papel de cliente ingenuo igual que tú. La cortesía te hace pagar y marcharte.
En definitiva, puede que sea un negocio familiar, que lo pinten de manera que te sientas como en casa, pero ni el servicio prestado ni la amabilidad lo dicen. Para los trabajadores, personas poco valoradas. Un restaurante con una capacidad de más de 350 personas, no pueden ser atendidos por pocos camareros, menuda familia te hace sentir, que el horario comercial les impide ni tan siquiera ver a sus hijos.
Lugar MUY POCO RECOMENDADO por la carta y atención al cliente. Triste pero cierto.